#Cannes2025 'La misteriosa mirada del flamenco': Conmovedora ópera prima sobre la familia encontrada

En un pueblo minero perdido en el norte de Chile en pleno desierto, un mundo de hombres y dureza se esconde un pequeño y extravagante paraíso: Mama Boa regenta allí un cabaret de mujeres transgénero, "travestis" como ellas mismas se llaman considerando su realidad y la época en la que vivían.
Al entrar es un festival de colores, canciones y bailes. Una isla de hermandad y exuberancia. Todas las mujeres llevan nombres de animales, y entre ellas destaca Flamenco, una belleza rubia de largas piernas, quien además es madre de Lidia, de 11 años, niña que fue abandonada una mañana en la puerta de casa y creció feliz en ese torbellino de vestidos y perfumes. Es a través de su mirada amorosa que somos llevados a considerar una cruda realidad: A principios de la década de 1980, el SIDA comienza a extenderse rápidamente en Chile.
En el pueblo le dicen 'la peste' y aseguran que se transmite a través de las miradas. Esta ópera prima, con energía queer que evoca las primeras cintas de Almodóvar, está llena de luz. En una mezcla de géneros que incluye incluso elementos del western, de coming of age y de comedia negra, se realiza un potentísimo comentario sobre la exclusión, ignorancia y el odio, pero -aún más importante- se convierte en un relato fantástico sobre una magnífica maldición: el amor.
Ya sea que un amor simple o complejo, romántico, platónico o maternal, la película consigue momentos tremendamente conmovedores que conmueven el alma al escudriñar la crueldad y la ternura que se encuentran en sus personajes. Enfrenta el odio directamente con empatía, obligándolo a suavizarse, pero sin bajar la guardia cuando se trata de la necesidad inquebrantable de comunidad frente a la injusticia, que la hace particularmente relevante en los tiempos que corren.
Un elenco completamente encantador se roba la película, que si bien por momentos puede parecer un tanto irregular, es un brillante debut del director chileno Diego Céspedes, quien se encuentra compitiendo en Cannes en la categoría A Certain Regard, además de la Cámara de oro y la Queer Palm, quién se eleva como una voz fresca e interesante de la industria cinematográfica chilena.