REVIEW | Trueno en el Movistar Arena: una explosión de energía
Por Nathalia Olivares
El pasado 30 de mayo, Trueno regresó al Movistar Arena de Santiago para finalizar su gira mundial "El Último Baile (Deluxe)", reafirmando su profundo vínculo con el público chileno. Este concierto marcó su retorno al mismo escenario donde, seis meses atrás, había iniciado su tour, consolidando a Chile como un punto clave en su trayectoria artística .
La velada comenzó alrededor de las 21:30 horas, con una introducción audiovisual que mostró al artista acercándose al escenario, generando una atmósfera de anticipación. Vestido completamente de negro y con la capucha puesta, Trueno irrumpió en escena con una energía arrolladora. Temas como "FUCK EL POLICE", que incorporó la intro de "Killing In The Name" de Rage Against The Machine, "Rain III" y "FEEL ME???" encendieron al público desde los primeros minutos.
El repertorio incluyó una mezcla de sus éxitos más reconocidos y las nuevas canciones de su álbum "El Último Baile (Deluxe)", como "REAL GANGSTA LOVE", "CRUZ", "BIEN O MAL" y "TIERRA ZANTA". La puesta en escena se destacó por visuales impactantes, una banda en vivo que aportó una dimensión orgánica a las interpretaciones y una conexión palpable entre el artista y sus seguidores.
Uno de los momentos más innovadores de la noche fue cuando Trueno improvisó un freestyle utilizando un Midi Pad para crear la base en tiempo real, demostrando su versatilidad y creatividad sobre el escenario. El cierre del concierto estuvo marcado por temas emblemáticos como "MAMICHULA", "SANGRÍA", "ATREVIDO", "VIOLENTO" y "DANCECRIP", este último provocando una ovación generalizada y un ambiente de celebración colectiva.
Con este espectáculo, Trueno no solo presentó su nuevo material, sino que también reafirmó su compromiso con el hip-hop y su evolución artística. Su capacidad para combinar raíces culturales con innovación sonora lo posiciona como una figura central en la escena musical contemporánea. La promesa de volver a Chile no es solo una cortesía; es una certeza respaldada por una relación sólida y mutua entre el artista y su audiencia.
