#SANFIC: Querido Trópico

21.08.2025

por Nathalia Olivares


En su debut en la ficción, la realizadora panameña Ana Endara presenta Querido Trópico, un drama delicado y humanista que explora la relación entre dos mujeres muy distintas, pero unidas por la soledad y la marginación. La película sigue a Ana María (Jenny Navarrete), una inmigrante colombiana embarazada que llega a la Ciudad de Panamá buscando trabajo como cuidadora, y a Mercedes (Paulina García), una mujer que empieza a mostrar señales de demencia. A través de su encuentro, la historia se despliega como un retrato íntimo de la conexión humana que surge en circunstancias inesperadas.

Ana María necesita el empleo no solo para mantenerse, sino también para obtener papeles de residencia, lo que aumenta la presión sobre ella. La relación comienza con distancia y conflicto: Mercedes es inicialmente indiferente y Jimena (Juliette Roy), la hija de Mercedes, demasiado ocupada para involucrarse. Sin embargo, a medida que la trama avanza, Ana María y Mercedes desarrollan un vínculo profundo basado en la paciencia, la empatía y la confianza. La película muestra cómo la abnegada cuidadora se convierte en el verdadero sostén emocional de Mercedes, mientras que la familia permanece en gran medida al margen, dejando que el cuidado diario recaiga en otros.

Aunque la narrativa sigue un camino previsible, Endara logra destacar a través de la sutileza de su dirección. La historia se desarrolla con muchos silencios, momentos contemplativos y observaciones de detalles significativos —las manos, la lluvia, gestos mínimos— que transmiten emociones más que los diálogos. Esta aproximación convierte a Querido Trópico en un relato íntimo y sensible, capaz de capturar la vulnerabilidad y la humanidad de sus protagonistas.

Análisis visual
La dirección de fotografía utiliza el entorno tropical como extensión del estado emocional de los personajes. La lluvia, los interiores domésticos y los pequeños gestos cotidianos se convierten en elementos expresivos que acompañan el desarrollo de la relación entre Ana María y Mercedes. La cámara se mantiene cercana a las protagonistas, captando detalles mínimos —miradas, manos, movimientos discretos— que amplifican la intimidad y la tensión emocional de cada escena. La paleta de colores cálidos y naturales refuerza la sensación de proximidad y humanidad, evitando artificios visuales innecesarios.

Análisis fílmico
Endara adopta un registro contemplativo y observacional, dejando que la acción se desarrolle a partir de las interacciones cotidianas y de los silencios compartidos. La actuación de Paulina García refleja con autenticidad los vaivenes de la demencia incipiente, mientras que Jenny Navarrete transmite con delicadeza la resistencia, la esperanza y la vulnerabilidad de Ana María. La narrativa evita caer en la sentimentalidad fácil, centrándose en la construcción de la relación como eje emocional y narrativo. Los elementos dramáticos se dosifican con cuidado, permitiendo que la película respire y que el espectador se adentre en la intimidad de las protagonistas.

A pesar de su estructura previsiblemente lineal, Querido Trópico logra situarse en un espacio íntimo y sensible, donde la atención se centra en las emociones y en los vínculos que se forman más allá de la familia o las obligaciones sociales. La película no busca reinventar el género, sino ofrecer un retrato honesto y humano de dos mujeres enfrentadas a la soledad y al cuidado mutuo.


Querido Trópico destaca por su ternura, sutileza y capacidad de crear un vínculo emocional con el espectador a través de la observación y el detalle. Ana Endara consigue un debut sólido, donde la relación entre Ana María y Mercedes se convierte en el corazón de la película, mostrando que la intimidad y la conexión pueden surgir en los lugares más inesperados. Es un filme que, aunque modesto y predecible en su estructura, deja una huella por su sensibilidad y su mirada humana sobre la soledad, la empatía y la resiliencia.